Síndrome de Moisés


Síndrome de Moisés

Estoy casi seguro de 2 puntos que mencionaré en este blog. Primero, que conoces a Moisés. Segundo que podrías identificarte con su historia a un plano personal.
Sobre el primero, En las religiones abrahámicas se menciona la historia del profeta Moisés. De manera que si eres hispanoparlante, lo debes haber escuchado mencionar y muy probablemente aun recuerdes su historia. Para solventar la improbable carencia de este requisito mencionaré muy brevemente una parte de la historia de Moisés. Solo para ambientar la presentación del Síndrome de Moisés.
Moisés de origen hebreo, fue salvado de morir a temprana edad. Criado en la corte Egipcia. Huyo de Egipto por atentar contra sus leyes. Vivió en el desierto hasta que un ángel de Dios le revelo su misión.
Moisés, saco a los hebreos de Egipto, el Éxodo. Los guió, les presento las tablas de la ley, les enviaron maná del cielo y cuando faltó el agua, golpeo una roca con su báculo, dos veces porque tardo en salir el agua y ese fue su error, fue castigado por Dios por su falta de fe. El castigo fue que no entraría a la tierra prometida. Lo mismo para toda la generación de hebreos. Solo se les permitió verla de lejos.
He aquí el punto al que quería llegar y a lo que yo quiero decir. Y este es el segundo punto mencionado con el que te puedes identificar.
Tengo claro que aunque vivimos tiempos en que disfrutamos de grandes avances en todos los ámbitos. No veremos el futuro, el de nuestros hijos y nietos. Y es triste.
¿Que les depara a ellos el futuro?, me refiero a la vida de la siguiente generación, no a lo que pasara el año que viene ni al próximo presidente de México.
Y no es un deseo de vivir para siempre, que gueva. Sino curiosidad, curiosidad por lo que verán nuestros descendientes. Es como ir por un camino y querer ver que hay a la vuelta del camino, atrás del siguiente cerro, ver el regreso de algún hijo o familiar al que extrañas, como resolverán los problemas la humanidad.
En cambio, solo podemos subir a nuestros hombros a nuestros hijos o nietos y señalarles el camino, mostrarles la mejor manera de actuar, como modernas tablas de la ley, proporcionales los medio para que coman y beban, hablarles de la tierra prometida, a sabiendas de que nos esta negada la entrada a ella.
Tal vez, pararnos de puntitas para ver mejor esa tierra prometida, llevando una vida saludable para intentar extender la vida.
Por un lado la ciencia promete mucho, la genética por ejemplo, curas casi milagrosas. Nuevas fuentes de energía. Nuevos sistemas políticos y sociales. Catástrofes tal vez, si seguimos como vamos. Pero no lo veremos.
¿Te identificas con Moisés?
Y claro, porque por mas religiosos que ustedes sean no creerán que después de morir (perdón, cumplir con su misión en la tierra) estarán por ahí sentados viendo el ir y venir de la humanidad no?. Enterándose de todo, refunfuñando porque de haber existido tal o cual invento, su vida habría sido mejor. Observando los aciertos y las babosadas de todos los que se quedaron. Mmm... No se me había ocurrido este castigo divino, un infierno menor para los creyentes. Se imaginan los millones de ojos observando por ahí?
Si, ya se, la vida en el mas allá. Esta idea de la vida en el más allá también ha evolucionado, al igual que la religión. Pero eso es tema para otro día.
En resumen, nos la pasamos de acá para allá y cuando empieza a ponerse buena la cosa, nos morimos. >:-(
Basta por hoy, a seguir deambulando por el desierto, para ganarnos el vislumbrar la tierra prometida.
Me despido, pórtate bien y recuerda, Entre mas vive uno, mas ve, que no?

2 comentarios:

  1. Fran says

    Hola! Llegué hasta aquí a través del blog de casiopea...
    Muy cierto lo que dices, vivimos tiempos de mucha ansiedad, no sabemos a dónde vamos pero queremos llegar lo más pornto posible. Y muchos se olvidan de disfrutar el camino.
    Te recomiendo, si no lo has leido ya, un poema de Bertolt Bretch, titulado "A los hombres futuros" que habla justamente de lo vivido, de lo que nos arrepentimos o no, de lo que dejamos a las futuras generaciones (y un sinfín de cosas más)

    Nos seguimos leyendo!

    Chalouá.


    Fran says

    Hola! LLegué aquí a través de Casiopea...
    Es muy cierto lo que dices, vivimos tiempos de ansiedad. No sabemos hacia dónde vamos, y sin embargo queremos llegar allí lo más pronto posible. Y a veces nos olvidamos de disfrutar el camino.
    Te recomiendo, si aún no lo has leido, un poema de Bertolt Bretch titulado "A los hombre futuros".

    Nos seguimos leyendo!

    Chalouá.